El hidrógeno está ganando tracción rápidamente en los últimos tiempos. Gracias en gran medida a los Fondos de Recuperación Europeos muchas son las empresas que se están embarcando en proyectos que persiguen el uso del hidrógeno a fin de descarbonizar sus actividades. Una de las grandes ventajas que presenta el hidrógeno son las nulas emisiones de dióxido de carbono en su punto de uso final. De hecho, en el caso de emplear el hidrógeno en una pila de combustible la única emisión resultante será agua, mientras que, en el caso de utilizarlo en motores de combustión interna, ciertamente, todavía presentará unas pequeñas emisiones de óxidos de nitrógeno. Por lo tanto, las emisiones de gases de efecto invernadero con el uso del hidrógeno serán nulas o prácticamente nulas en el punto de uso final. Sin embargo, el hidrógeno no es un combustible que se encuentre libre y que se pueda extraer de forma directa de la naturaleza. Por el contrario, el hidrógeno es un vector energético, es decir, su obtención está sujeta a un proceso de producción que requiere una cierta cantidad de energía. De este modo, si bien el uso del hidrógeno no da lugar a emisiones de efecto invernadero, su obtención sí puede tener unas emisiones asociadas en función del proceso seguido, de las fuentes de energía primaria empleadas y del post-procesado. En este punto cabe destacar que el hidrógeno será tan limpio y cero emisiones como lo sea su proceso de obtención, y esto es muy importante. Por ejemplo, de nada servirá sustituir todos los vehículos con motores de combustión interna por su equivalente de pila de combustible si el hidrógeno que se le suministra a dichos vehículos ha sido obtenido por una ruta más contaminante que el uso del propio diésel o gasolina. En función de la fuente primaria de energía empleada para producir el hidrógeno, así como de los procesos de obtención empleados, es posible clasificar el hidrógeno obtenido mediante la asignación de una escala de colores, en lo que se ha dado en llamar los colores del hidrógeno, que si bien no está completamente estandarizada sí que se encuentra muy extendida.
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685 estaciones de repostaje de hidrógeno en el Mundo a finales de 2021 y creciendo
A finales de diciembre de 2021 se contabilizaban en el Mundo un total de 685 estaciones de repostaje de hidrógeno operativas para vehículos, tanto hidrogeneras (aquellas que producen su hidrógeno in situ) como hidrolineras (las que no producen el hidrógeno que dispensan in situ, sino que les llega a través de camiones o mediante una red de distribución). Este dato sin contexto es complicado de evaluar, ahora bien, es más sencillo si se conoce que esta cifra marca un nuevo máximo histórico de hidrogeneras e hidrolineras operativas en el Mundo. La evolución histórica del número total de estaciones de repostaje de hidrógeno puede verse en la Figura 1, generada a partir de los datos ofrecidos anualmente por h2stations.org quienes hacen un seguimiento constante de dichas estaciones en el Mundo. De hecho, 2021 no solo batió el récord de estaciones de repostaje de hidrógeno totales, sino que también ha sido el año a lo largo del histórico en el que más estaciones operativas (nuevas menos desmanteladas) han entrado en servicio, más de 130. Ello muestra que el impulso del hidrógeno en la automoción está lejos de frenarse.